Después de hacer un seguimiento de la marcha de la cosecha en las propias fincas, se procede a la recolección; esta se hace poco a poco y por capas para ir entregándonos los pimientos bien seleccionados en nuestro taller de elaboración.

Una vez ya pesados se asan directamente en una chapa con leña para que así mantengan toda su esencia y adquieran a la vez el olor y sabor que les da el contacto directo con la leña al arder. Después los pelamos en seco sin contacto alguno con agua ni sustancia química. Este trabajo es muy laborioso y requiere mucha paciencia… pero… como todo lo bueno de verdad, o se hace así con el consabido costo, o se prostituye el proceso.

Una vez pelados se llenan  los tarros de cristal para que no quede aire en el interior, y le añadimos a cada tarro un poquito de limón exprimido. Se cierra el tarro y ya, por último, se cuecen al baño maría.

Ni que decir tiene que todo el proceso, es hecho a mano, como siempre se hizo en Cacabelos. Nosotros lo hacemos igual, sólo que cuidamos al máximo la limpieza y la sanidad. Creemos que lo natural y lo bien hecho a mano no está reñido con el control exhaustivo de todo el proceso.